Tras la puerta de sentir tu debilidad,reside tu fuerza.
Tras la puerta de sentir tu dolor,residen tu placer y gozo.
Tras la puerta de sentir tu miedo,residen tu seguridad y tu confianza.
Tras la puerta de sentir tu soledad,reside tu capacidad de tener satisfacción,amor y compañía.
Tras la puerta de sentir tu odio,reside tu capacidad de amar.
Tras la puerta de sentir tu desesperación,reside tu esperanza verdadera y justificada.
Tras aceptar las carencias de tu infancia,reside ahora tu satisfacción.
de Eva Pierrakos