Vivimos en una sociedad tan frenética e hiperconectada que nos invita continuamente a alejarnos de nuestras necesidades emocionales humanas más valiosas.
Es una realidad que puede desconectarnos emocionalmente de nosotr@s y de nuestro entorno; perder atención debido a las diversas distracciones ; y sentir una insatisfacción constante por no poder estar a la altura de las expectativas. Una situación que nos puede llevar a vivir en bucle y a perder la confianza de encontrar una salida.
Esta sensación puede hacernos sufrir y agotarnos, lo que puede conllevarnos a aislarnos más y a sentirnos más sol@s.
Cultivar la atención plena o mindfullness es una práctica que nos dirigir a volver a nuestro cuerpo, nuestro ser interno y el mundo que nos rodea en el Aquí y en el Ahora.
Este mismo instante es lo único que existe, porque el pasado ya ha pasado y el futuro aún está por venir.
La práctica del Mindfullnes puede ayudar a reconocer aquellos patrones corporales, emocionales y mentales inconscientes que dirigen nuestra vida. Además, nos ayuda generar una visión más amorosa de nuestra propia existencia.
Desde esta toma de conciencia continua, vas desarrollando la habilidad de enfocarte en aquello que realmente te nutre y sueltas aquello que no lo hace.
- Potencias tu sensibilidad corporal y emocional,
- Potencias una perspectiva interior más amplia,
- Potencias una conexión más cercana con tu entorno,
- Potencias una comunicación más bondadosa hacia los demás;
- Potencias una mirada más compasiva hacia lo doloroso.
Además, puedes cultivar estados emocionales como la alegría, la gratitud, la paz, y la confianza que enriquecer tu vivir en tu día a día. Una propuesta muy recomendada para poder practicar la atención plena es realizar una meditación caminando.
Por ejemplo, te invito a que sea yendo a trabajar o realizando un paseo por un parque, andes paso a paso, momento a momento, con una mayor lentitud de lo que normal haces.
Presta atención en cómo pisas en el suelo, en cómo respiras (inhalando y exhalando) mientras disfrutas del paseo en sí mismo.
Toma conciencia de tu entorno, siente las maravillas que percibes a tu alrededor (colores, olores, sonidos, etc) que no has percatado hasta día de hoy.
Al finalizar, haz una pausa, si así lo deseas para tomar consciencia de cómo has sentido esta nueva forma de relacionarte contigo y con tu entorno.
Siente la alegría de poder vivir, de poder existir gracias a todas las condiciones que se dan en este espacio de tiempo que has decidido para poder vivir con plenitud.
0 comentarios